Muchas de las consultas que recibimos diariamente se centran en solicitar estrategias para manejar niños, niñas y adolescentes en el entorno escolar y familiar. Es importante aclarar desde el inicio que no existe una estrategia única que funcione para todas las personas con este diagnóstico, según lo establece la evidencia científica y nuestra experiecia.
Antes de abordar estrategias específicas, es esencial recordar que cada individuo es único y complejo, con necesidades y características propias que van más allá de su diagnóstico. Por lo tanto, el primer paso crucial es conocer profundamente a la persona detrás del diagnóstico, ya sea niño, niña o adolescente.
¿Pero qué implica realmente conocer a alguien?
Los padres y cuidadores juegan un papel fundamental en esta tarea. Conocer a la persona implica entender sus rasgos de personalidad, gustos, gestos, rutinas y creencias. Aquí te compartimos algunos aspectos clave para identificar en tus hijos:
- Personalidad
- Temperamento: ¿Cómo manejan el estrés? ¿Prefieren la interacción social o son más introvertidos?
- Intereses y Pasatiempos: ¿Qué actividades les apasionan? Participar en estas actividades puede fortalecer la conexión.
- Emociones
- Expresión Emocional: Observa cómo expresan sus emociones y aprende a ayudarles a manejarlas.
- Desencadenantes Emocionales: Identifica qué situaciones les causan alegría, tristeza, miedo o frustración para poder apoyarlos mejor.
- Comunicación
- Preferencias de Comunicación: Algunos niños prefieren métodos verbales, otros se expresan mejor a través de actividades.
- Señales no Verbales: Presta atención a su lenguaje corporal y otras señales no verbales para entender mejor sus necesidades.
- Necesidades y Deseos
- Necesidades Básicas: Asegúrate de que se sientan seguros, amados y cuidados en todo momento.
- Deseos Personales: Escucha y respeta sus deseos y opiniones, incluso si no siempre puedes cumplirlos.
- Habilidades y Fortalezas
- Fortalezas: Identifica y fomenta sus talentos y habilidades únicas.
- Áreas de Mejora: Ayúdalos a desarrollar áreas donde necesiten apoyo sin criticar sus esfuerzos.
- Amigos y Relaciones Sociales
- Círculo Social: Conoce a sus amigos y comprende cómo se sienten en sus interacciones sociales.
- Relaciones con Adultos: Observa cómo interactúan con maestros, entrenadores y otros adultos importantes en su vida.
- Rutinas y Hábitos
- Rutinas Diarias: Entiende su horario diario, desde la escuela hasta las actividades extracurriculares y el tiempo libre.
- Hábitos Saludables: Promueve buenos hábitos en alimentación, sueño y ejercicio físico.
- Valores y Creencias
- Valores Personales: Conoce qué valores y creencias son importantes para ellos y cómo se alinean con los tuyos.
- Enseñanza de Valores: Modela y enseña valores como la honestidad, la responsabilidad y el respeto en la vida diaria.
- Metas y Sueños
- Aspiraciones Futuras: Descubre sus sueños y metas a largo plazo.
- Metas a Corto Plazo: Apóyalos en el establecimiento y logro de metas pequeñas y alcanzables.
- Estilo de Aprendizaje
- Métodos Preferidos: Identifica cómo aprenden mejor, ya sea visual, auditiva o kinestésicamente.
- Apoyo Académico: Mantente al tanto de su rendimiento escolar y ofrece apoyo adicional cuando sea necesario.
Una vez que comprendas a fondo a tu hijo o hija más allá de su diagnóstico, podrás explorar estrategias que se alineen con sus características individuales y necesidades específicas. Este enfoque personalizado no solo fortalecerá tu relación con ellos, sino que también facilitará un manejo más efectivo y comprensivo en el día a día.
Esperamos que esta guía te sea útil para navegar y gestionar las diversas situaciones que enfrentas con tus niños, niñas y adolescentes en el hogar y en la escuela.