DEPENDENCIA EMOCIONAL

Por Valentina Ospina

La dependencia emocional es un estado psicológico que tiene lugar en las relaciones personales, ya sean familiares, de pareja o de amistad. Se asocia con una baja autoestima que encubre carencias afectivas. Además de, en la que uno de los miembros de la pareja depende en exceso del otro, llevando a cabo comportamientos dañinos para sí mismo y/o para la propia relación.

¿Qué me indica que soy dependiente emocional?

Hay algunas características en las que podemos fijarnos para evaluar si somos propensos a establecer relaciones de dependencia, por ejemplo:

  • Tendencia a anular nuestros propios deseos al favor de la otra persona.
  • Necesidad de involucrar a la otra persona en todas nuestras actividades o pedir su opinión ante cualquier decisión.
  • Si nuestra felicidad se centra en nuestra pareja.
  • Si nos resulta complicado defender una opinión opuesta a la opinión de la otra persona.
  • Tener un miedo constante a perder a esta persona.
  • Sensación de malestar y sentimientos de culpabilidad cuando vamos a la contra de la otra persona.
  • Dejarnos manipular con facilidad por esta persona.
  • Tendencia hacia el aislamiento social.
  • Sensación que las relaciones se convierten en una ‘montaña rusa’ de emociones.

¿Cuáles son las causas? 

Quienes presentan dependencia emocional son en gran parte personas con baja autoestima, muchas inseguridades y poca confianza en sí mismos. Además, existe un componente de la educación recibida o los referentes que ha tenido a lo largo de su vida.

A continuación, te presento algunas posibles causas de la dependencia emocional:

  1. Baja autoestima: Las personas con baja autoestima pueden depender de otras personas para sentirse valoradas y amadas. Pueden creer que no son lo suficientemente valiosas o interesantes como para ser amadas por sí mismas, lo que las lleva a depender emocionalmente de los demás.
  2. Experiencias pasadas traumáticas: Las personas que han experimentado relaciones o eventos traumáticos en el pasado pueden desarrollar dependencia emocional como una forma de protección o para evitar sentir dolor. Pueden temer la soledad o tener dificultades para confiar en los demás, lo que los lleva a aferrarse a las personas de manera excesiva.
  3. Inseguridad: Las personas inseguras pueden buscar constantemente la validación y la aprobación de los demás. Pueden tener miedo de ser abandonadas o rechazadas, lo que las lleva a depender emocionalmente de alguien para sentirse seguras.
  4. Patrones familiares: Los modelos de dependencia emocional pueden desarrollarse en la infancia si se han experimentado relaciones familiares en las que había dependencia emocional. Si se creció en un ambiente donde los cuidadores eran emocionalmente inaccesibles o impredecibles, puede llevar a desarrollar patrones de dependencia en relaciones futuras.
  5. Falta de habilidades de afrontamiento: Algunas personas pueden carecer de habilidades para lidiar con sus propias emociones y enfrentar los desafíos de la vida de manera saludable. La dependencia emocional puede ser una forma de evitar enfrentar y manejar sus propios problemas emocionales.

Cómo tratarla:

El primer paso es conocer y aceptar nuestros rasgos de personalidad y hacernos conscientes que esta situación emocional no es sana a largo plazo.

Si reconoces que puedes ser una persona emocionalmente dependiente, te aconsejamos redactar una lista de aquellas cosas que haces por amor o cariño y que no te perjudican como persona y otro listado de aquellas cosas que haces o aguantas por el rasgo de dependencia emocional y si influyen muy negativamente en tu salud y bienestar.

Valora si has dejado de lado otras relaciones o amistades importantes, si has cambiado tus actividades de forma drástica al favor de la otra persona, etc. También debes pensar si estás siendo tratado correctamente en esta relación o has experimentado sufrimiento.

Tratamiento:

Tratar la dependencia emocional puede requerir tiempo, esfuerzo y trabajo personal. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar:

  1. Toma conciencia de tu dependencia emocional: Reconoce y acepta que tienes un problema de dependencia emocional. Ser consciente del problema es el primer paso para abordarlo y buscar una solución.
  2. Busca apoyo profesional: Considera buscar la ayuda de un terapeuta o consejero especializado en relaciones y dependencia emocional. Un profesional puede brindarte herramientas, técnicas y apoyo emocional para trabajar en tu dependencia y desarrollar relaciones más saludables contigo mismo y con los demás.
  3. Trabaja en tu autoestima: Cultiva una mayor autoestima y autovaloración. Reconoce tus propias cualidades, habilidades y logros. Trabaja en desarrollar una imagen positiva de ti mismo y en creer en tu valía como persona independiente.
  4. Establece límites saludables: Aprende a establecer y mantener límites saludables en tus relaciones. Esto implica comunicar tus necesidades, deseos y límites de manera clara y respetuosa. Aprende a decir «no» cuando sea necesario y a cuidar de ti mismo emocionalmente.
  5. Desarrolla intereses y actividades propias: Fomenta tus propios intereses, hobbies y actividades. Aprende a disfrutar de tu propia compañía y a construir una vida equilibrada y satisfactoria fuera de las relaciones de dependencia.
  6. Aprende a ser autónomo/a emocionalmente: Trabaja en desarrollar tu capacidad de cuidarte emocionalmente a ti mismo/a. Aprende a identificar y gestionar tus propias emociones, y a buscar apoyo y consuelo interno en lugar de depender exclusivamente de los demás.
  7. Aprende a confiar en ti mismo/a: Trabaja en desarrollar la confianza en tus propias decisiones y en tu capacidad para enfrentar los desafíos de la vida. Reconoce que tienes la capacidad de cuidarte y satisfacer tus propias necesidades emocionales.

Conclusión:

Recuerda que superar la dependencia emocional puede llevar tiempo y es un proceso gradual. Sé paciente contigo mismo/a y busca el apoyo necesario para avanzar hacia relaciones más saludables y satisfactorias.

Si consideras que estás desarrollando dependencia emocional puedes buscar ayuda profesional, la terapia psicológica ofrece una serie de beneficios significativos para quienes luchan con la dependencia emocional.

En primer lugar, brinda un espacio seguro y confidencial donde las personas pueden explorar y comprender las causas subyacentes de su dependencia, así como los patrones de pensamiento y comportamiento asociados. A través de técnicas terapéuticas especializadas, como la terapia cognitivo-conductual y la terapia de aceptación y compromiso, los individuos pueden aprender a desafiar y modificar sus patrones de pensamiento negativos, a desarrollar una mayor autoestima y a cultivar una mayor autocompasión. Además, la terapia proporciona herramientas prácticas para establecer límites saludables, comunicarse de manera efectiva y construir relaciones más equilibradas y satisfactorias. El apoyo y la guía de un terapeuta experimentado son fundamentales para superar la dependencia emocional y fomentar un crecimiento personal duradero.

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