Actualmente el bullying es un tema que ha generado diferentes implicaciones a nivel personal, escolar y social, pues se he evidenciado que la crueldad en algunos estudiantes lamentablemente se ha desbordado, lo que hace cuestionar la carencia de principios y valores. Desde mi experiencia como psicóloga he podido apreciar que a consulta han llegado gran cantidad de casos en el cual los niños, adolescentes y padres han presentado una afectación significativa, desarrollando incluso un posible trastorno psicológico. Por está razón es importante observar las señales de alerta y mantener con nuestros hijos una comunicación abierta que les permita expresar el posible malestar que el entorno escolar está generando.
De este modo, me permito inicialmente definir el concepto bullying para tener claridad frente al mismo, por lo tanto, la Ley 1620 del 2013 indica:
“Conducta negativa, intencional metódica y sistemática de agresión, intimidación, humillación, ridiculización, difamación, coacción, aislamiento deliberado, amenaza o incitación a la violencia o cualquier forma de maltrato psicológico, verbal, físico o por medios electrónicos contra un niño, niña, o adolescente, por parte de un estudiante o varios de sus pares con quienes mantiene una relación de poder asimétrica, que se presenta de forma reiterada o a lo largo de un tiempo determinado.”
Ahora bien, existen diferentes señales de alerta que indican que posiblemente nuestro hijo este siendo víctima de bullying, siendo estás las más comunes:
- Lesiones inexplicables.
- Dolores de cabeza o estomago frecuentes o quejas de malestar general.
- Cambios en los hábitos alimentarios.
- Aumento de las conductas agresivas.
- Dificultad para conciliar el sueño o presencia de pesadillas.
- Escapes de orina.
- Disminución del rendimiento académico, perdida de interés en las tareas escolares.
- Perdida repentina de amigos o deseo de evitar actividades con sus compañeros.
- Sentimientos de insuficiencia o disminución de la autoestima.
- Conductas autoagresivas como autolesionarse o hablar del suicidio.
- Tristeza, llantos o irritabilidad.
- Pierde o se deterioran sus pertenencias escolares o personales.
Dado lo anterior, es importante hacer mención que en Colombia existe la Ley 1620 del 2013 y es conocida como la ley antibullying o anti-acoso, en donde establece una serie de derechos, deberes y obligaciones para proteger a los menores y promover políticas de prevención del acoso en las instituciones educativas. Su objetivo es “Garantizar la protección integral de los niños, niñas y adolescentes en los espacios educativos, a través de la puesta en marcha y el seguimiento de la ruta de atención integral para la convivencia escolar, teniendo en cuenta los contextos sociales y culturales particulares”, en está ley podremos encontrar varios aspectos relevantes.
En Colombia,
La Ruta de Atención Integral para la Convivencia Escolar establece los procedimientos y protocolos que deben seguir las instituciones y entidades del Sistema Nacional de Convivencia Escolar. Esta ruta tiene como objetivo ayudar al sector educativo a reducir riesgos, gestionar situaciones que afecten la convivencia escolar y realizar un seguimiento de estas situaciones.
Si la institución educativa no actúa frente al acoso escolar, la familia de la víctima o la propia institución pueden pedir la intervención del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) o de las autoridades municipales. Para ello, pueden dirigirse al centro zonal del ICBF o a la Comisaría de Familia. También pueden denunciar el caso a la línea de Convivencia Escolar de la Secretaría de Educación Nacional llamando al número 0800-222-1197.
Para finalizar abordar el bullying de manera efectiva requiere atención, empatía y acción decidida. Como padres, es fundamental mantener una comunicación abierta con nuestros hijos, estar atentos a las señales de alerta y trabajar en conjunto con las escuelas y comunidades para garantizar un entorno seguro y respetuoso. No estamos solos en esta lucha; hay recursos y apoyo disponibles para ayudarnos a proteger a nuestros hijos y fomentar un ambiente donde puedan crecer y prosperar sin temor. Recordemos que cada paso que tomamos hacia la prevención y la intervención del bullying contribuye a crear un futuro más amable y justo para todos nuestros niños.
Fuentes: