Por: Diana Lizcano
Se vino diciembre… desde comienzos del mes noviembre empezamos a escuchar en las emisoras populares «Desde septiembre se siente que viene diciembre» y comienzan los recuerdos a inundar tu mente, llegó navidad, el comercial de café águila roja, natilla, buñuelos, tamales, empanadas, lechona, pólvora, familia, regalos, pesebre, novenas, abrazos, risas, primos, tíos, abuelos, faroles, velitas, año viejo…. “Feliz año”.
Y es que la navidad ha ido evolucionando año tras año, hoy en día se ven pocas casas iluminadas y con menos espiritu navideño, algunos alcaldes ni siquiera decoran sus ciudades, y tampoco se volvierón a v no se suele ver a los vecinos reunidos en las casas rezando la novena, ni las calles obstruidas por los faroles de navidad el día de las velitas o la vecina gritando «Se quemó el farol» y el esposo pateandolo – Jajajaj!
En Colombia la época decembrina significa para algunos ese momento de compartir en familia, ese esfuerzo que se hizo todo el año para ir a pasear, o simplemente un merecido descanso en casa.
Y es esa visita al “pueblito” donde naciste, donde los abuelos o tíos, recordar la infancia y como disfrutabas de la magia de la navidad, prender velitas, esperar hasta la media noche para destapar los regalos o ser el primero en levantarse el 25 de diciembre para ver que te ha traído el “niño Dios”.
Y es por lo anterior que empezamos a experimentar un sentimiento de Nostalgia una mezcla entre tristeza, anhelo, y felicidad, las canciones, los olores y los reencuentros nos hacen anhelar y desear volver en el tiempo y estar en esos lugares que nos hicieron felices o vivir de nuevo esa experiencia que marcó nuestras vidas.
La nostalgia…
Según la Real Academia Española de la Lengua define la nostalgia como una «tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida” o de manera más sencilla «un viaje imposible pero añorado hacia nuestro pasado»
Pero no está mal sentir nostalgia aunque en ocasiones pueda llegar a doler, el atesorar experiencias que han nos ha marcado en lo más profundo de nuestro ser, sentirla nos ayuda a lidiar con esos cambios repentinos, drásticos y más después de un año como este, nos permite observar la persona que fuimos y la que somos ahora. El sentimiento de nostalgia no deja de ser una pérdida por un yo que existió, hace parte de nuestra historia personal y a veces se entromete en la cotidianidad como cuando «sentimos que se viene diciembre» pero no podemos olvidar regresar al ahora a nuestro yo actual, que puede admirar tranquilamente el transcurso de la vida.
«Deberíamos utilizar el pasado como trampolín y no como sofá»
(Harold McMillan)
El 2020 ha sido un año atípico, un año sin precedente que marcara de alguna manera nuestras vidas. Algunas personas han tenido pérdidas materiales, el empleo, seres queridos, estabilidad, sueños y harán de este diciembre algo diferente, difícil o triste.
Pero esto no es motivo para detenernos y darnos por vencidos el propósito es ser resilientes y salir adelante a pesar de las adversidades, las dificultades o los retos a los que tengamos que enfrentarnos, la vida es aquí y ahora y de alguna manera debemos enfrentarla.
y tu ¿Qué extrañas de la NAVIDAD?
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